El pasado 6 de noviembre se celebró el 33 aniversario de la “Marcha Verde”, una estrategia geopolítica por la que el rey Hassan II (padre del actual rey de Marruecos, Mohamed VI) empujó a unos 350.000 hombres, mujeres y niños marroquíes a invadir el vecino país del Sahara Occidental; para evadir la situación de pobreza y descontento social que estaban empezando a cuestionar el autoritario régimen monárquico marroquí de la época. Los saharauis pasaron de ser españoles a refugiados en los campamentos de Tinduf los que pudieron huir al desierto, o población no deseada en los territorios ocupados ilegalmente por Marruecos. España, con su actual rey Juan Carlos I a la cabeza, traicionaron por un lado a los saharauis que eran españoles en ese momento, y al propio pueblo español al abandonar a su suerte a una de sus provincias. Treinta y tres años más tarde, después de una guerra entre Marruecos, Mauritania y el Frente POLISARIO (único representante reconocido por Naciones Unidas del pueblo saharaui), después de que Marruecos construyera un muro de más de 2.000 kilómetros de longitud que separa los territorios ocupados por Marruecos del Sahara Occidental de los territorios liberados, después de cientos de desaparecidos saharauis, violaciones sistematicas de los Derechos Humanos en los territorios ocupados, después de más de cien resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, después de la Sentencia del Tribunal Internacional de la Haya a favor de la celebración de un referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui, después de treinta y tres años refugiados en los uno de los desiertos más duros del planeta el Sahara Occidental, por muy ilógico que pueda parecernos, sigue ocupado por Marruecos. El gobierno español sigue sin aceptar su responsabilidad en el conflicto puesto que según las Naciones Unidas sigue siendo legalmente el administrador responsable del territorio por no haberse completado el proceso de descolonización. El muro del Sahara Occidental sigue siendo, en proporción, la zona con más minas antipersonal del mundo; y la esperanza saharaui y su sentido de la justicia siguen tan inquebrantables como siempre.

En el marco de este triste aniversario de la ocupación del Sahara Occidental, el rey de Marruecos lanza una propuesta de regionalización del Sahara Occidental, que es una copia literal de la propuesta lanzada también por el rey de Marruecos en 2006 y que fue considerada por Naciones Unidas como ilegal; y que sólo tuvo el visto bueno de algunos gobiernos, como el actual ejecutivo español al que no le importa vulnerar la legalidad internacional para conservar sus estratégicas relaciones comerciales con Marruecos, a pesar de que su propio pueblo este en contra de estas tesis ilegales y a favor de la causa saharaui. Esta regionalización del Sahara Occidental va contra la legalidad internacional, y sigue sin respetar las resoluciones de las Naciones Unidas referentes al Sahara Occidental.

La Unión Europea no sólo sigue pasiva ante la situación del pueblo saharaui, sino que además en estos momentos se encuentra en mitad de las conversaciones para otorgar a Marruecos un Estatuto Avanzado (por lo visto para alcanzar este estatuto no es necesario que el país beneficiario respete los Derechos Humanos ni las resoluciones de Naciones Unidas). Y hasta este momento la Unión Europea no ha determinado, como hizo EEUU con su Acuerdo de Libre Comercio con Marruecos, excluir explícitamente al Sahara Occidental de este Estatuto Avanzado; o como hizo la propia Unión Europea que excluyó Palestina en el acuerdo de Asociación que firmó con Israel. Es decir, la Unión europea esta a punto de otorgar un Estatuto Avanzado de Cooperación que incluirá al Sahara Occidental como parte del territorio de Marruecos. Es imprescindible que la UE en primer lugar exija a los países a los que otorga un Estatuto Avanzado que respeten los DDHH y las resoluciones de Naciones Unidas, y en el caso concreto del Estatuto Avanzado a Marruecos es imprescindible que la Unión Europea establezca claramente que la aplicabilidad de este Estatuto Avanzado a Marruecos no se extenderá más al sur de la frontera internacional reconocida para Marruecos, es decir, el paralelo 27º 40’ N. Puesto que en caso contrario la propia Unión Europea estaría actuando contra la legalidad internacional (como hizo con la firma de los acuerdos de pesca con Marruecos) incumpliendo las Resoluciones del Concejo de Seguridad de Naciones Unidas y sembrando un mal ejemplo para aquellas personas, instituciones y países que todavía hoy creen lo que un día dijo Benito Juárez “La libertad es el respeto al derecho ajeno”.